Empieza a imponerse la sensatez: En los últimos días se han dado varios hechos que denotan un esperanzador cambio de actitud, tanto del Gobierno Central como de los representantes de los gobiernos regionales, que se abren cada vez más a la formación de macrorregiones como la verdadera alternativa descentralizadora y rentable.Las reuniones del presidente Alan García con las cabezas de las regiones han sido muy favorables a esta tendencia, como lo demuestran las propias declaraciones del primer mandatario y de presidentes regionales como Vladimiro Huaroc (Junín) y Yehude Simon (Lambayeque). De allí se colige que más temprano que tarde podamos ver formadas una o dos macrorregiones pilotos.El reto ahora es alentar esta voluntad política, de modo que lleve a tomar las decisiones pertinentes para la fusión de regiones y así aprovechar más eficazmente su potencial económico, político y social.Efectivamente, la configuración de regiones sobre los departamentos existentes fue una decisión politiquera y facilista, que no ha conseguido el objetivo descentralizador, debido también a los celos y atávicos prejuicios localistas.Pero la realidad se impone. Cuando el país crece a un ritmo de 8% anual y se abren nuevas vías de integración e intercambio global, por ejemplo a través del TLC con Estados Unidos y otros convenios, las mismas regiones se dan cuenta de la imposibilidad de responder aisladamente a esta apertura de mercados y de que solo unidas podrán explotar mejor sus recursos y dar un mejor nivel de vida a sus habitantes. (Edición domingo).