De víctima a verdugo. Denunciar al polémico cura antiminero Marco Arana ante el Arzobispado de Cajamarca por difamar a su esposo, recientemente fallecido, le ha valido a Vilma Díaz Díaz -una humilde cajamarquina- no sólo ser víctima de un constante hostigamiento sino ser acusada de protagonizar una presunta campaña contra el sacerdote. Luego de que Correo diera a conocer el acoso del que venía siendo objeto Díaz, Marco Arana la acusó, a través de un medio local, de ser parte de una campaña mediática en su contra. Ante estas imputaciones, Díaz no se quedó callada y anunció que demandará judicialmente al presidente de la ONG antiminera Grufides, pues consideró que es ella y su fallecido esposo quienes han sido permanentemente difamados. (Edición sábado).
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