Tras vivir siete años en la clandestinidad, Jesús Sosa Saavedra, ex jefe de uno de los tres subgrupos en que se dividió el destacamento Colina, ya se encuentra por fin tras las rejas. Fue detenido por la policía ayer en Barranco, cuando caminaba tranquilamente por la cuadra 8 de la avenida Bolognesi, cerca del óvalo Balta. Anoche durmió en la carceleta del Palacio de Justicia y hoy será recluido en un penal que aún no se ha definido. Sosa, también conocido con el apelativo de "Kerosene", por su presumible costumbre de calcinar a sus víctimas para evitar su identificación, no opuso ninguna resistencia cuando dos agentes de la División General de Inteligencia del Ministerio del Interior --que le venían pisando los talones desde hace varios días-- lo detuvieron cuando salía de la casa de una de sus hermanas en Barranco. Eran las 9 a.m. No portaba armas, solo un teléfono celular y algo de dinero. Con apoyo de policías de la zona, los agentes lo condujeron a la comisaria de Barranco.