Pérdida de dominio Cuando discutimos respecto a la ley que establece la pérdida de dominio para los encausados por delitos ligados al crimen organizado, debemos empezar por comprender exactamente de qué se trata. Lo que dicha norma busca es evitar que aquellos procesados que poseen ingentes cantidades de dinero, como producto de nefastas actividades reñidas con la ley y la moral, no puedan utilizar sus fortunas para obtener privilegios en las prisiones y corromper autoridades para lograr su excarcelación. De este modo, se golpea a los mafiosos en su punto más sensible: el manejo de dinero obtenido de modo ilícito; por tanto, encarcelarlos y, más adelante, privarlos de su libertad en un penal por un determinado tiempo no implicaría una pérdida real de poder para los cabecillas de las mafias, debido a que conservan la posibilidad de manejar la riqueza que les permite organizar atentados o campañas de difamación contra sus enemigos, y hasta tienen la capacidad de sobornar a los funcionarios encargados de sus custodia, y mantener las reglas del régimen penitenciario.