Después de años de inacción en la explotación racional de nuestros ingentes recursos forestales, es un avance que el Gobierno Central y algunas regiones se hayan puesto de acuerdo para sacar adelante la legislación que regulará la promoción de la inversión privada en este campo, con las restricciones que hay que respetar en defensa del medio ambiente.Finalmente, las regiones de Loreto, Madre de Dios, San Martín, Amazonas y Ucayali han reconocido que es hora de pasar a la acción; que los bosques deforestados no pueden seguir abandonados, sino que deben concesionarse para ser reforestados, crear riqueza y bienestar que redunden en las propias comunidades. Se necesita inversión y el Estado por sí solo no podrá hacer más activa la prometedora industria forestal.Satisface pues que se vaya saliendo del punto muerto en que fue colocado este importante tema y se entienda, como propuso el presidente García en uno de sus artículos sobre el síndrome del perro del hortelano, que los recursos naturales están para ser utilizados, y no para ser convertidos en caballitos de batalla de quienes se oponen a todo y no proponen nada.(Edición sábado).