Eran las 6:05 de la tarde cuando la congresista Tula Benites (Apra) entró al hemiciclo del Palacio Legislativo y tomó asiento en su curul. Minutos después, a mano alzada, votaba a favor de la nómina de la comisión que seguirá la implementación del TLC con Estados Unidos.Benites asistía a una sesión plenaria del Congreso después de más de seis meses. Un día antes se había vencido la suspensión de 120 días que le impuso la Comisión de Ética Parlamentaria por la presunta contratación de un asesor fantasma.Coincidentemente, en la sesión de ayer, se votaría la acusación constitucional en su contra por este mismo hecho.El pleno del Parlamento se disponía ya a debatir la acusación cuando el parlamentario aprista Mauricio Mulder hizo vislumbrar lo que se venía y pidió pasar a sesión reservada. "A igual razón, igual derecho", dijo aludiendo al caso de Elsa Canchaya (UN).Tal afirmación no se ajustaba a la verdad, pues la sesión en la cual se votó la acusación constitucional contra Canchaya fue pública.Fueron 94 los congresistas presentes en la plenaria en ese momento. Los apristas y fujimoristas negaron que Benites hubiera cometido el delito de peculado.