La tendencia a la baja del dólar no se detiene. Paralelamente, los reclamos de los exportadores se agudizan, quienes sostienen que ello afecta la rentabilidad, incrementa los costos y disminuye la competitividad, sobre todo de las de mayor valor agregado (no tradicionales).Además, dada la persistencia de esta tendencia, que se agudizó el año pasado, los efectos estarían poniendo en riesgo la estabilidad de las mismas empresas exportadoras, sobre todo las Pyme (39% del total dejaron de exportar en el 2007, según Adex). Obviamente, también habría pérdidas de puestos de trabajo.Sin embargo, el equipo económico sostiene que a pesar de la fuerte revaluación que ha sufrido el nuevo sol, las exportaciones no tradicionales no se han visto afectadas, sino que por el contrario se han incrementado en todos los sectores, en el 2007, a tasas que van entre 12% y 34%.
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