Al iniciarse la nueva legislatura resulta atendible la invocación que ha hecho el presidente del Congreso Luis Gonzales Posada a sus colegas para asumir su responsabilidad de debatir y aprobar más de un centenar de proyectos de ley que el desarrollo del país reclama.Es una cuestión de urgencia y de prioridades, para apuntalar la reforma del Estado y la reforma constitucional, así como para promover la inversión y prepararse para el TLC con EE.UU.Más postergaciones son inaceptables, sobre todo en el caso de la ley para crear Perú Compras y terminar con la ineficiencia, el desorden y la falta de transparencia en las adquisiciones estatales.Otras leyes impostergables aluden a la reforma judicial, que incluye el Ministerio Público, donde queda mucho por hacer para devolver prestigio y eficiencia al sistema de administración de justicia, envuelto aún en un clima de marasmo, provisionalidad y visos de corrupción.En cuanto a la reforma constitucional, debe abordarse los proyectos de retorno a la bicameralidad, la renovación por tercios o mitades y el voto facultativo, precisamente para enfatizar la responsabilidad ciudadana y la legitimidad. Para aprobar estas leyes se necesita por lo menos 80 votos, lo que obliga a las bancadas a dejar de lado sus agendas politiqueras y los acuerdos tras bambalinas para lograr los necesarios consensos. En tal contexto, la exhortación del presidente del Congreso no puede caer en saco roto.