En el tercer artículo sobre "el perro del hortelano", aparecido ayer en El Comercio, el presidente Alan García criticó a quienes siguen padeciendo de ese síndrome -según el mandatario a pesar de haber perdido "la lucha contra la economía moderna"- y que sostienen que los extremistas y radicales son los únicos que pueden liderar la lucha contra la pobreza, porque "ellos tienen el monopolio del corazón social".Bajo el título "El perro del hortelano contra el pobre", el jefe de Estado acusa al perro del hortelano de perjudicar a los pobres al empujar a los extremistas para que protesten contra todo, aunque no superen los 10 mil "activistas agresivos y callejeros". También critica a quienes se oponen a que se aproveche la riqueza forestal de la Amazonía, o que se construyan hoteles cerca de los monumentos arqueológicos. "(El perro del hortelano) se presenta como antiminero, pluriculturalista y patriotero", enfatizó.