En una actitud desafiante, y desconociendo normas de carácter nacional, ayer el gobierno regional de Puno emitió una ordenanza que declara a la hoja de coca "patrimonio regional y cultural", e incluso establece la elaboración de un nuevo padrón de productores, así como la suspensión de la erradicación forzosa. La medida, publicada en el diario oficial El Peruano, establece como zonas cocaleras de cultivo tradicional a las cuencas de Inambari y Tambopata, en las provincias de Carabaya y Sandia, "donde el volumen del cultivo de coca guarde relación con la carga familiar, el sueldo mínimo vital o el equivalente de una Unidad Impositiva Tributaria (UIT)".