Ninguna bala de la Policía Nacional ocasionó la muerte de dos campesinos en Ayacucho. Así de enfático fue el ministro del Interior, Luis Alva Castro, tras presentarse ayer ante la Comisión Permanente del Congreso para explicar los pormenores de la última protesta del sector agrario. Alva Castro basó dicha afirmación en un examen pericial y de balística elaborado en presencia del fiscal adjunto provincial Wilder Charaja. Según el documento de la Dirección de Criminalística No 245-108, tanto Rubén Pariona Camposano como Emiliano García Mendoza fallecieron por disparos de perdigón con un arma de fabricación artesanal. "Este peritaje es técnicamente corroborable y fue solicitado por el Ministerio Público. Se trata de terroristas y violentistas infiltrados que están fabricando las armas artesanales o hechizas con las que asesinaron -a los campesinos- e incendiaron y saquearon la ciudad", dijo.