BIOCOMBUSTIBLES: A LA ESPERA DE DEFINICIONES
25 de febrero de 2008

Aveces las normas resultan insuficientes para impulsar el desarrollo de los sectores productivos. Es el caso de la promoción del mercado de biocombustibles, a pesar de que cuenta con su respectiva ley, que data de agosto del 2003 y con dos reglamentos (marzo del 2005 y abril del 2007), emitidos para establecer pautas y cronogramas a fin de que se empiecen a utilizar combustibles menos contaminantes. Se han hecho anuncios de millonarias siembras de materias primas como caña de azúcar, palma aceitera, soya y canola, destinadas a la producción de biocombustibles, pero en la mayoría de los casos las inversiones no se han materializado y permanecen en ese limbo conocido como "proyecto en evaluación". De las inversiones para las instalaciones donde se elaborará el producto final, se cuenta con menos información.Y los plazos se acortan. El 1 de enero del 2009, el diesel 2 deberá tener un 2% de contenido de biodiesel B100 y pasará a llamarse diesel B2. Su comercialización será obligatoria en todo el país. Eso significa que a estas alturas ya deberían existir programas para la siembra y cosecha de materia prima, así como para el inicio de operaciones de las plantas procesadoras del B100 y para la mezcla y transformación en B2. Es más, estas actividades requieren la autorización de los ministerios de la Producción y de Agricultura, pero la percepción es que estas entidades todavía no tendrían buenas noticias que comunicar.¿Qué está fallando? Aunque existe un marco legal, las idas y venidas del Gobierno respecto al otorgamiento de incentivos tributarios deben haber puesto muchos proyectos en stand-by. Otro tema que debe estarse tomando en cuenta es que los biocumbustibles están perdiendo popularidad. Hay más cuestionamientos sobre su naturaleza limpia (ver Gestión del 12 de febrero) y la preocupación por el trade-off, que causaría el aumento de áreas para el cultivo de materia prima en detrimento de las destinadas a alimentos, va en aumento.En este contexto, urgen definiciones, las que obligatoriamente deberán atender todas estas consideraciones. De poco sirven los anuncios, si se constata que en la práctica no ocurre casi nada y mientras haya vacíos en la normatividad, quizás el panorama se mantenga tan difuso como hasta ahora.

  • [Gestión,Pág. 34]
  • /