Por enésima vez el ministro del Interior --que por estos días va a cumplir un año en el cargo-- vuelve a estar en el ojo de la tormenta y, como en todas las ocasiones anteriores, Luis Alva Castro no podrá quejarse de tener que enfrentar solo las críticas, ya que el Ejecutivo --con el presidente Alan García a la cabeza-- le manifestó su total apoyo. La actuación de la Policía Nacional del Perú (PNP) durante el paro agrario, que lamentablemente dejó cuatro muertos y decenas de heridos, tiene ahora a Alva Castro contra las cuerdas. Ya se han dejado escuchar voces de la oposición, sobre todo provenientes del humalismo, que piden su renuncia por la presunta violencia con que fueron tratados los manifestantes. La reacción del jefe del Estado ante tal exigencia no se dejó esperar: "Quienes deberían renunciar son todos los dirigentes agitadores y extremistas que quieren detener el camino del Perú. Esa gente destruye y no construye, no ha puesto nunca un ladrillo por el Perú y más bien vive de él y de sus presupuestos: son ellos los que deberían renunciar", declaró luego de colocar la primera piedra del edificio más alto de Lima.