En el Día del Pisco Sour, el presidente Alan García bebió -en el Salón Dorado de Palacio de Gobierno- el trago más amargo de la celebración cuando tuvo que responder a los cuestionamientos que se le hacen al grupo parlamentario oficialista por las reiteradas trabas que ponen a la investigación que se le sigue a la congresista Tula Benites en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales por haber contratado "trabajadores fantasmas".Justamente, uno de los últimos intentos por dilatar el caso Benites se dio la semana pasada cuando la congresista aprista Hilda Guevara, de manera inesperada, renunció al subgrupo y frustró la audiencia que culminaría la investigación. Dicha actuación hizo que el jefe del Estado reflexionara sobre la actitud tomada por la bancada aprista, asegurando que "aquello que al comienzo parecía una simple casualidad, ya no lo parece".(Edición domingo).
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