La belicosidad dejó paso a la estrategia. Alan García Pérez jugó anoche a presentarse como componedor antes que guerreador, estadista antes que opositor a ultranza, posibilidad antes que pasado. Le gustaría apellidarse Esperanza.En el mitin por el Día de la Fraternidad afirmó que el Apra es el partido de los ignorados y pobres, y reclamó enarbolar la bandera de un "programa social que devuelva el sueño" frente a la falta de ilusión y el desorden moral.No ahondó en lo que sería ese programa, más allá de volver a mencionar la agricultura como la mayor potencialidad del Perú, pero sí dejó en claro que este esfuerzo de liderazgo va más allá de su partido. "Este no es el comienzo de la campaña electoral. Nos empeñaremos en concertar y dialogar con todas las fuerzas", afirmó.Pero así como señaló un inicio, marcó un final para esta concertación: el 15 de octubre, cuando en la plaza San Martín se conozcan los grupos y líderes que encabezarán el cúmulo de voluntades.Con el mismo tono positivo y proponedor lamentó que hoy los agravios, insultos y escándalos dividan a los peruanos. "Debemos rescatar el país de las manos de los débiles e incompetentes", afirmó.(Edición sábado).