Cómo cambian los tiempos. Un apretón de manos imposible hace 21 años, cuando las diferencias entre ambos pasaban por su momento más agudo, se convirtió en la imagen política de ayer: el presidente Alan García despedía así a su ilustre visitante, el escritor Mario Vargas Llosa, al borde de las escalinatas del Patio de Honor en Palacio de Gobierno.Hasta allí llegó nuestro laureado novelista en visita de cortesía para agradecer el interés del jefe del Estado por su salud, que se resquebrajó hace unos días y que obligó a internarlo en una clínica. "Me envió a un edecán y le pidió al primer ministro que me visitara, así que he venido a agradecer en persona ese gesto deferente", señaló Vargas Llosa.Poco más de una hora duró el encuentro entre ambos, al término del cual nuestro hombre de letras no escatimó palabras de optimismo para los tiempos que atraviesa el país y de encomio para quien está al timón.Como música para sus oídos, por ejemplo, debió haberle sonado al mandatario esta frase: "El presidente García está haciendo un gobierno muy responsable, de tal manera que no me arrepiento de haber votado por él en la segunda vuelta". Aunque la apostilla ya dejó de masajearle el ego: "Sus políticas son aquellas que yo vengo defendiendo desde hace muchos años, es decir, la integración del Perú a los mercados del mundo y el reforzamiento de la democracia. Me alegra mucho que hoy exista en el país un consenso más amplio que el de hace 20 años, cuando me vi empujado a participar en la política para defender el principio de la empresa privada".