EL PERÚ NECESITA PARTIDOS SÓLIDOS Y NO IMPROVISADOS
20 de febrero de 2008

Tal parece que seguimos sin aprender la lección. Ahora, según informa la ONPE, son más de 130 los grupos que han comprado el paquete electoral para recabar firmas y lograr convertirse en partido político.Claro que finalmente, el número que logre el objetivo será menor (entre julio del 2001 y diciembre del 2005 de 574 movimientos que compraron material solo 37 lograron inscribirse ante el JNE). Sin embargo, eso no disipa el grave problema de fondo: ¿No reparamos en todo lo que hemos padecido por la improvisación y la profusión de partidos, la mayoría de los cuales solo sirven a las ambiciones personales de caudillos o supuestos líderes sin trayectoria democrática ni ética, y menos con vocación de servicio? Con tal carnaval de agrupaciones que pretenden llegar al Congreso o a la Presidencia, en el que se mezclan tirios y troyanos, no nos lamentemos después por la calidad de nuestros políticos y parlamentarios. Recordemos asimismo cómo en elecciones pasadas algunos partidos vendían curules u ofrecían al mejor postor su certificado de vigencia, mientras que otros grupos nuevos hacían alianzas hechizas para poder postular.Tenemos pues que reiterar el llamado a las autoridades, principalmente congresales, para ajustar la legislación electoral, en lo que ya se ha avanzado con la valla del 4% (por la cual solo siete partidos lograron parlamentarios el 2006). Por ejemplo, debe evaluarse si el requerimiento del número de firmas es factible, realista y legítimo, pues son recurrentes las denuncias de tráfico de planillones y falsificación de firmas, con grave daño para el sistema democrático y la voluntad ciudadana. En el año 2000, por ejemplo, se dio el caso absurdo y patético de que muchas agrupaciones presentaron más de un millón de adherentes ¡pero no lograron ni 100 mil votos! ¿Y qué decir de la obligación de contar con determinado número de locales y filiales en todo el país, lo que es objeto de toda clase de artimañas?Atravesamos una delicada coyuntura política que nos demanda responsabilidad. A la hora de que nos soliciten firmas para inscribir partidos, debemos preguntarnos cuáles son las motivaciones últimas de las cabezas de dichos grupos. Entre tanto, debemos recordar que una democracia moderna y madura se caracteriza por tener menos partidos, formados bajo inspiración de ideologías, doctrinas y valores. Las democracias más fuertes son generalmente bipartidistas.Otro requisito es el ejercicio constante de la democracia interna, precisamente para evitar el atornillamiento de líderes o caudillos que a veces creen que el partido es su chacra. Y, no menos importante, un partido que se precie de tal debe tener cuadros organizados, políticos y técnicos, pues se supone que su vocación de servicio al país puede convertirlos en opción de gobierno.¿Cumplen estos requerimientos los partidos vigentes y los otros más de 100 que quieren ser reconocidos como tales?