A diferencia de algunos de sus ministros de Estado, el presidente de la República, Alan García Pérez, se cuidó ayer de no insultar a sus opositores del magisterio y de la región Cusco pero sí convocó a la ciudadanía para que rompa su silencio y defienda su derecho a una educación moderna y a un modo de vida sin chantajes de ningún tipo."Hay muchas personas que tienen resistencia al cambio y ese es un defecto de educación, de mal colegio... ¡Por eso hay resistencia a que haya inversiones en el Cusco y que mejore la educación!", dijo el gobernante en un aparte de su gira de trabajo a la ciudad de Pisco, en donde pasó revista a las obras de reconstrucción tras el terremoto del 15 de agosto.García Pérez fijó posición sobre la resistencia de la dirigencia cusqueña que ha programado paros escalonados a partir de mañana contra la ley de promoción de servicios turísticos a pesar de que ya fue modificada por la Comisión Permanente del Congreso."No es posible que un pequeño grupo agresivo e ideologizado se adueñe de la ciudad más internacional que tiene el Perú. Es una absoluta locura que pequeños grupos agresivos puedan poner contra la pared a autoridades que tienen miedo a ser revocadas si es que no obedecen a estos grupos.(Edición domingo).