El Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha dado un paso crucial al prorrogar por diez meses la vigencia del tratado de preferencias arancelarias andinas (ATPDEA), que nos permitirá seguir con la cadena exportadora en tanto se implementa el TLC con dicho país el 1 de enero del 2009.Es previsible que dicha decisión sea ratificada por la Cámara en pleno y por el Senado estadounidenses. Pero, en lo que respecta a nosotros, marca el inicio de una cuenta regresiva que debe poner en alerta no solo al Gobierno sino también a los agentes económicos sobre lo mucho que queda por hacer.Se trata de adecuar e implementar el TLC a la normativa nacional y culminar el primer paquete de normas en marzo, tal como se ha propuesto, en lo que debe trabajarse coordinadamente con el Congreso, que ha delegado algunas facultades. La siguiente meta debe ser cerrar el tema en julio próximo y dejar dos meses para cualquier imponderable, antes de que la campaña electoral en Estados Unidos entre en su etapa final. En la lucha por mejorar la productividad y la competitividad, el Gobierno tiene que seguir evaluando la rebaja de sobrecostos laborales y la dación de normas para propiciar la renovación de maquinaria y tecnología. Asimismo, es imprescindible contar con una infraestructura vial y portuaria moderna y eficiente, la que será mejor servida por operadores privados, a través de concesiones. Gran responsabilidad recae en los nueve grupos de trabajo que se han formado bajo la coordinación del Mincetur, en los que participan 20 instituciones del Gobierno con centenares de técnicos.En cuanto a los empresarios, deben redoblar esfuerzos para mejorar sus estándares de calidad y costos, de modo que puedan competir ahora en otras condiciones. A los dirigentes políticos y líderes gremiales y de la sociedad civil les corresponde, en tanto, anteponer, ahora más que nunca, el interés nacional a los intereses subalternos, grupales o, peor aún, desestabilizadores que han mostrado algunos recientemente, lo que debe ser denunciado y rechazado por la ciudadanía.Son muchas las esperanzas que los peruanos hemos puesto en el TLC, que podría catapultarnos al desarrollo y mejorar los niveles de empleo y la calidad de vida de todos. Para todo ello es urgente que todos nos pongamos la mano al pecho y trabajemos para su exitosa y pronta implementación.(Edición sábado).