El juez Guillermo Luis Gestro Montellanos, titular del Juzgado de Familia Tutelar 21 de Lima, no tiene tiempo absolutamente para nada. En su despacho le esperan más de cinco mil expedientes por resolver, la mayor parte de ellos por violencia familiar. Si alguna persona presentara hoy un nuevo proceso a su oficina, tendría que esperar hasta el primer trimestre del 2009 para que le programen una audiencia. Es inaudito pero cierto.Este es apenas un ejemplo de los tantos casos de excesiva sobrecarga procesal que soportan los magistrados del Poder Judicial y que perjudica a miles de litigantes que deben perder demasiado tiempo en su búsqueda de justicia. La situación es alarmante. Según un inventario nacional realizado por la propia judicatura, al 30 de junio del 2007 existían nada menos que 2'224.239 expedientes sin resolver, de los cuales la mayor parte estaban referidos a casos civiles y penales. Ojo, que esas cifras no incluyen los expedientes que se encuentran en las salas especializadas de la Corte Suprema.(Edición sábado).