La alerta que lanzó la ONU el 2007 sobre el peligro del uso masivo de biocombustibles--como el etanol-- aduciendo que acelerará la deforestación mundial, provocará hambruna y expulsará a los pequeños agricultores de sus tierras, genera discrepancias en el Perú. Por un lado, están los agricultores, quienes aducen que no solo la producción de alimentos se verá afectada, sino que generará problemas de escasez por la cantidad de agua que se usa para producir etanol. Otra es la realidad que muestran los interesados en invertir. Pablo Bustamante, presidente de la Asociación Peruana de Productores de Azúcar y Biocombustibles (Appab), aclaró que esas críticas apuntan sobre todo a la producción de etanol a base de maíz y no de caña de azúcar. "Considero una barbaridad que se produzca etanol de maíz, pero no así de caña de azúcar", indicó