A unque el proceso de definición del perfil institucional de un nuevo ministerio del medio ambiente recién se ha iniciado, todo indica que sus tareas principales serán centralizar, dirigir y fiscalizar las políticas ambientales. La mesa redonda de El Comercio, en su contribución al debate público sobre el tema, ha puesto énfasis en la necesidad de que la preservación de los recursos y espacios naturales responda a una sola política, objetiva, coordinada e inclusiva, que hoy es dispersa y aleatoria. Se requiere un esfuerzo multisectorial articulado que, en principio, tenga dos retos por delante: uno, involucrar a sectores gravitantes en el desarrollo, la economía y el medio ambiente, como la minería; y dos, atenuar el conflicto entre la política ambiental y la inversión privada.