Josefa Fiestas Yenque está muy molesta. Ella vive en Cabo Blanco y desde que se produjo el accidente con el BAP Supe, frente a Zorritos (Tumbes), ha escuchado múltiples historias sobre el daño que podría ocasionar el derrame de combustible en el mar. Fiestas afirma que los peces en su caleta están en buen estado y que todas las historias que se tejen de contaminación son meras especulaciones.A doña Josefa no le falta razón. Los investigadores han determinado que una débil mancha de combustible llegó hasta Cabo Blanco, pero esta no fue dañina. La aparición de peces varados en la playa se debió --según se confirmó-- a que una embarcación arrojó cerca del litoral su carga en mal estado. Quienes sí reclaman por análisis exhaustivos son los pobladores de Máncora quienes están preocupados por la aparición de un mero de casi veinte kilos flotando frente a su muelle.