El "Súper martes" en la carrera hacia la Casa Blanca fue como prometía: apasionante e impredecible en el lado demócrata. Los aspirantes Hillary Clinton y Barack Obama, hasta el cierre de esta edición, luchaban voto a voto por obtener más delegados. En el lado republicano, McCain afianzó su posición hacia la nominación de su partido, como estaba previsto. Según las proyecciones de las grandes cadenas de televisión, Obama se impone a Clinton con triunfos en 10 estados. Sin embargo, las seis victorias de Clinton son más significativas porque incluyen más estados de gran tamaño, es decir, con mayor número de delegados.