Las más encontradas posiciones y condicionamientos de los voceros de los grupos parlamentarios generó ayer el anuncio del ministro Pedro Pablo Kuczynski respecto de que el Gobierno pedirá al Congreso una ampliación presupuestaria para financiar en las próximas semanas Pro Perú, el programa de subsidio directo cuyo diseño y beneficiarios directos aún se desconocen.Como era previsible, el más radical fue Xavier Barrón (UN) y la más condescendiente, Rosa Yanarico (PP). Mientras el primero afirmó que trataría de convencer a su bancada para desaprobar el programa por improvisado y negativo para los pobres, la oficialista señaló que los políticos que estuvieran en contra de Pro Perú demostrarían que pugnan por la igualdad social de boca para fuera.Barrón consideró una vergüenza que Kuczynski, el ministro técnico, estuviera promoviendo dicho proyecto cuando este estaba condenado al fracaso.Yanarico explicó que Kuczynski había aceptado ejecutar Pro Perú porque sabía que hay recursos económicos para financiarlo. "Él es un buen ministro, así que no tienen de qué criticarlo", acotó.El congresista Jorge del Castillo (Apra) indicó que si, pese a las críticas, el Gobierno insistía en poner en marcha este programa, debería corresponder a la sociedad civil fiscalizar la entrega de los cien soles mensuales en que consistiría la ayuda a los peruanos más pobres.