La densa mancha de petróleo derramado después de la explosión y hundimiento del BAP Supe se está dispersando en el entorno de la plataforma Lomo de Corvina por acción de los vientos, las corrientes marinas y los trabajos con dispersantes que realizan las embarcaciones provenientes de Talara.Sin embargo, las emanaciones de petróleo desde el barco hundido aún continúan contaminando una importante extensión del océano a seis millas de la costa de las caletas de Acapulco y Bocapán, provincia de Zorritos, en Tumbes.Miembros de la comisión multisectorial encargada de monitorear los daños informaron que la empresa BPZ Energy y la Marina de Guerra del Perú, responsables de esta tragedia, se estarían resistiendo a colocar las barreras de contención para evitar que el crudo siga dispersándose, a pesar de las recomendaciones técnicas formuladas.