No estaba dentro del acto protocolar. La señora María Martínez Belleza y otras vecinas del asentamiento humano "Miguel Grau", se acercaron a los miembros de la comitiva de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) y los sorprendieron con un abrazo y un "gracias" inesperados.La señora Martínez, chinchana de 67 años de edad, tiene siete hijos, casi una docena de nietos y hasta bisnietos.Hace 17 años vive en este asentamiento del distrito chinchano de Pueblo Nuevo. Sus vecinas la empujaron para que tomase el micrófono y dijera unas palabras, sin llorar, pero doña María no pudo evitar el llanto. "Lloro de alegría", dijo. Tras el terremoto, los vecinos de "Miguel Grau" dormían a la intemperie o en "ranchitos" que armaron con el material servible que quedó, donde acomodaron a sus familias. En diciembre, recuerdan, llegaron jóvenes con sus herramientas y materiales y en sólo siete días les construyeron casas a 50 benefiados, que les han permitido sobrellevar las lluvias de la noche y el calor de este verano que bordea, a veces, los 40 grados. Recién ayer conocieron a sus benefactores y no tuvieron mejor forma de darles las gracias que con un abrazo y ofreciéndoles de beber chicha. (Edición sábado).
- [El Peruano,Pág. 11] /