Por Diego García-Sayán. Ex canciller de la República Parecería una película hollywoodense de "desastre ficción". Lamen- tablemente, no lo es. Los glaciares de nuestro Ande se están descongelando, las temperaturas aumentan y el agua --ese bien preciado y escaso en el Perú-- en unos años será un artículo de lujo. No es exageración. Según el Instituto Nacional de Recursos Naturales, nuestras montañas andinas han perdido por lo menos 22% de su superficie glaciar desde 1970 y el deshielo está acelerándose. Cualquiera que haya vivido o viajado por nuestro Ande hace dos o tres décadas no encontrará hoy las nieves que antes cubrían muchos parajes. Pero mientras la naturaleza sigue su curso, las sociedades también. En nuestro país, los conflictos por los recursos naturales vienen en aumento. La población desconfía del Estado y de algunas empresas debido a una secular mala política en sus actividades extractivas, que funcionaba como una especie de embudo: "Todo para mí, nada para ti". Hoy Áncash, Cajamarca, Piura, Pasco, Moquegua, Puno y Cusco enfrentan una serie de conflictos entre la población y empresas privadas que afectan los procesos de inversión y desarrollo que podrían tener estas regiones.