Recientemente se ha generado un debate en torno a si la exportación del gas natural de Camisea es una alternativa económicamente sensata o si sería mejor reservar el gas para su consumo interno. Un elemento que se ha puesto sobre la mesa es un trabajo preparado por el profesor Jenkins de la Universidad de Queens (Canadá) para la ONG Environmental Defense, el cual supuestamente demuestra que exportar gas natural es un negocio muy poco rentable para el país. ¿Realmente es así?Vale la pena explicarle al lector no iniciado en qué consiste el ejercicio teórico del profesor Jenkins. En términos sencillos, el ejercicio consiste en preguntarse: ¿Cuánto cuesta un barril de petróleo en soles hoy (asumiendo un precio de US$ 60/barril)? Respuesta: 189 soles. ¿Cuánto recibe el Fisco por concepto de regalías por exportar gas natural en la cantidad equivalente a 1 barril de petróleo (equivalente para producir la misma energía eléctrica)? Respuesta: 18.27 soles. Entonces ¿cuántos años ("n") se necesitan para que esos S/. 18.27 se conviertan en S/. 189 a una tasa de interés (i)? Es decir, el ejercicio busca hallar "n" en la relación: 18.27 (1 + i)n = 189. Jenkins obtiene valores de "n" para diferentes combinaciones de precios del petróleo (FV), precios del gas natural (PV) y tasas de interés (i) y muestra cómo los ingresos por exportaciones no compensarían la futura importación de petróleo en muchos años. Por ejemplo, obtiene valores de "n" para:a) FV = 60; PV = 1; i = 12% n sería 29 años.b) FV = 60; PV = 1,5; i = 12% n sería 26 años.c) FV = 60; PV = 1,5; i = 5% n sería 59 años.En consecuencia, Jenkins concluye que si existe el riesgo de que el Perú tuviera que importar petróleo para hacer frente a sus necesidades energéticas en los próximos 29 años (digamos en el ejemplo a), no tendría sentido económico exportar el gas hoy, pues los ingresos por exportaciones no compensarían los futuros costos de importar petróleo. Es importante tener en consideración algunas de las limitaciones del ejercicio del profesor Jenkins:1. Asume que el diferencial de precios del petróleo y del gas natural (ambos en soles) se mantendrá en términos reales a los niveles actuales. Se puede modificar datos clave como inflación del Perú, inflación de EE.UU. o tipo de cambio nominal y no sucede nada con el valor "n" encontrado.2. No toma en cuenta los volúmenes exportados ni la evolución de la demanda interna. Esto es crucial porque si no se consideran los volúmenes involucrados, el ejercicio del valor presente carece de sentido económico y se vuelve un simple ejercicio financiero de precios relativos. Para realizar una adecuada comparación de valores presentes, uno debe comparar precios y cantidades (Pi x Qi), es decir, flujos de ingresos distintos en distintos momentos del tiempo y no solo comparar precios. Esto es fundamental aquí porque los volúmenes involucrados en los flujos -exportaciones y consumo interno- pueden ser muy distintos.Esto último resulta muy claro cuando Jenkins establece que si el valor presente de los ingresos por la venta del gas natural es igual al valor presente del costo de importar una cantidad equivalente de petróleo en 40 años. "Entonces si las reservas de gas natural del Perú cubren el consumo doméstico por 50 años, debería exportar gas solo por 10 años". Es decir, intercambia años de consumo doméstico con años de exportación como si fueran volúmenes idénticos.Ahora bien, ¿qué sucede si en lugar de asumir que en el futuro el país tendría que importar petróleo para sustituir el gas natural exportado para generación eléctrica asumimos que las plantas eléctricas importarían gas natural (que es lo lógico, pues ya hicieron la inversión para convertirse a gas)? En ese caso comparamos gas hoy con gas futuro -lo cual tiene más sentido- y para una tasa de i = 12% el ejercicio arroja un n de 8.5 años. Como no existe la más remota posibilidad de tener que importar gas dentro de ese plazo, el ejercicio resulta favorable a la exportación. Es decir, bajo supuestos más realistas, el propio método de Jenkins puede usarse para demostrar que exportar el gas hoy sería inmensamente beneficioso aun si tuviésemos que importar gas en el futuro, señala Juan Miguel Cayo, ex viceministro de Economía.