Hay que analizar seria y objetivamente el repunte inflacionario registrado tanto por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) como por el Banco Central de Reserva (BCR), de 3,93% para el año 2007. Ello dista bastante del 1,14% correspondiente al año 2006.Hay que anotar que, en el contexto internacional, se trata efectivamente de uno de los índices más bajos de la región.Sin embargo, porcentualmente es un registro que debe poner en alerta a las autoridades gubernamentales para ponderar las causas y evitar cualquier disparada que distorsione las metas fijadas con el Fondo Monetario Internacional (del 3%) o todo el plan de desarrollo económico que tanto esfuerzo nos ha costado. No podemos repetir lo que nos pasó hace dos décadas.Por supuesto que existen factores externos, como la subida internacional de precios del petróleo y también de alimentos como el trigo y la soya, que afectan a todos los países y es imposible controlar.Al respecto, fue oportuna la reacción del Gobierno para mantener el fondo de estabilización de precios de los combustibles y también para rebajar algunos aranceles alimentarios.Sin embargo, por encima de todo esto, hay que preocuparse por reducir las expectativas inflacionarias y evitar cualquier presión indeseable sobre este indicador básico de la economía.Ojo avizor, pues, para modular los índices y actuar a tiempo. Ello es responsabilidad del Ministerio de Economía y Finanzas, para continuar con un manejo fino y adecuado del programa económico, pero sobre todo del Banco Central de Reserva. Esta entidad autónoma, cumpliendo su obligación constitucional de regular la moneda y el crédito del sistema financiero, podría volver a elevar la tasa de interés referencial para controlar el exceso de demanda y asegurar la estabilidad de los precios.