Si Alan García quisiera acallar las voces que hablan sobre una supuesta derechización de su gobierno, lo último que debería hacer es andar "coqueteando" con la lideresa política que en los últimos años ha sido, oficialmente, la representante de ese sector del país. El que ayer haya hecho absolutamente lo contrario, recuerda que nada es casual en la política, y -así- una inocente caminata entre la Catedral de Lima y el Palacio de Gobierno junto a Lourdes Flores, un simple paseíto de 300 ó 350 pasos, se convierte en un gesto político que da pie para más de una interpretación.Con el cardenal Juan Luis Cipriani y la primera dama, Pilar Nores, de testigos, y medio Perú vía los canales de televisión, el encuentro de García y Flores Nano ocurrió pocos minutos después del mediodía, al interior de la Basílica Catedral, entre el humo de los sahumerios y los cánticos navideños con los que se cerró la misa de Pascua que -como cada año- celebró el Cardenal.