Los parlamentarios deben estar en máxima alerta tras el tremendo contrabando legislativo que pretendió introducir esta semana el congresista fujimorista Rolando Sousa, quien ocupa nada menos que la vicepresidencia de la Comisión de Justicia.En resumen, el proyecto propone convalidar dos días de educación en el penal por uno de cárcel, frente a la disposición vigente y más rigurosa que fija una proporción de cinco por uno. El propósito es estirar al límite los beneficios penitenciarios --y acortar su tiempo de carcelería-- para los condenados por corrupción. Y los grandes favorecidos serían unos 240 presos, entre ellos su antiguo defendido y admirado líder, el acusado Alberto Fujimori. Por suerte, el plan falló en un primer intento por falta de quórum, pero no está del todo abortado pues hoy debe ser sometido a votación en una nueva sesión de la Comisión de Justicia. Una agravante en la conducta de Sousa es que aprovechó que estaba a cargo de la comisión, ante la ausencia del presidente del grupo Raúl Castro, para revivir un proyecto como el descrito que estaba un tanto camuflado en la comisión desde comienzos de año.El Congreso no puede aceptar este contrabando legislativo. Al rechazo de este proyecto debe seguir la actuación de la Comisión de Ética para evaluar y sancionar tan grosera manipulación de los fueros parlamentarios para tan sórdidos fines judiciales.