Cuando el presidente Alejandro Toledo visitó Tacna en enero último, hizo un anuncio que moldeó a su paso tantas sonrisas de satisfacción como muecas de espanto: la importación de vehículos usados y su reacondicionamiento (el consabido cambio de timón) podrían seguir desarrollándose en ese departamento hasta el 31 de diciembre del 2012.Ese plazo debía vencer en la misma fecha de este año, pero el mandatario -esta vez sí- decidió cumplir su promesa y a fines de enero pasado, con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, envió al Congreso un proyecto de ley para que fuera aprobado con carácter de urgencia.Los críticos de la importación de vehículos usados aseguran que el parque automotor peruano ya está copado de estos, y que ampliar el horizonte de las importaciones de vehículos usados, además de ser una medida populista, agravaría el problema.El número de vehículos por cada mil personas ha venido creciendo en el Perú a un ritmo de 68,3% anual, una tasa superior a la de países como Chile (61,8%). Pero a diferencia de este país, donde la importación de vehículos usados está prohibida, el parque automotor local está compuesto por 567.459 vehículos usados de los 897.254 que existen, lo cual conlleva a la rápida obsolescencia del transporte terrestre.