TLC: EL MUNDO QUE NOS ABRE Y EL RETO QUE NOS IMPONE
6 de diciembre de 2007

Congratulémonos y al mismo tiempo pisemos tierra. La ratificación final del tratado de libre comercio con Estados Unidos (TLC) marcó sin duda un hito en nuestra historia reciente. Y significa el inicio de una etapa venturosa para el país, siempre y cuando sepamos enfrentar desde ahora los múltiples retos que nos impone en el corto, mediano y largo plazos.Las tareas son claras y puntuales: en primer lugar, debe adecuarse la normativa nacional a lo establecido en el TLC con todo lo que haya que derribar y construir. En segundo lugar, es necesario resolver la agenda interna pendiente, para que efectivamente el acuerdo con EE.UU. se convierta en una herramienta que favorezca a todos los peruanos, y nos haga inclusivos y competitivos.La parte más difícil del tratado recién se inicia y la responsabilidad de conducirla con éxito y para beneficio de todos los peruanos está en manos del Gobierno, el sector privado y la sociedad civil. De la misma manera como los regímenes de Alejandro Toledo y de Alan García establecieron una línea de continuidad para sacar adelante el TLC, ahora se requiere el compromiso de todos los involucrados para pasar del dicho al hecho. He aquí un ejemplo de política de Estado llevado a buen puerto.En principio, es positivo que el Gobierno haya anunciado la realización de un plan articulado, liderado por cinco ministerios, para poner en vigencia el TLC, a todo tren, a mediados del 2008 y para ver los temas relacionados con la agenda interna y la competitividad.Al igual que EE.UU., el Perú tiene que adecuar su legislación interna --e incluso algunas drásticas decisiones subregionales-- a lo establecido en el tratado. Hablamos, según lo informado por el embajador Felipe Ortiz de Zevallos en la CADE, de seis a siete cambios reglamentarios y legales.Si lo que se busca es agilizar el TLC, no debería desestimarse la posibilidad de otorgar facultades extraordinarias al Ejecutivo, con cargo a que luego sean ratificadas por el Congreso.El segundo grupo de tareas corresponde a la agenda interna, es decir, a los pilares del desarrollo nacional que permitirán que el TLC favorezca a todos los peruanos y no solo, como señalan sus críticos, a ciertas empresas exportadoras.En el corto plazo, lo primero es que el Gobierno incremente la inversión pública en obras de infraestructura, saneamiento y comunicaciones, rubros indispensables para el comercio, y en los que estamos retrasados. Hay más de US$23.000 millones en déficit de infraestructura, pese a las potencialidades de inversión en energía, transporte y puertos, sectores convertidos en cuellos de botella, que encarecen el comercio e impiden el crecimiento de las exportaciones.La segunda responsabilidad gubernamental y también del sector empresarial es elevar nuestros bajos índices de competitividad, lo cual implica avanzar en la producción de bienes más sofisticados, con valor agregado, y la diversificación de las exportaciones. Es imprescindible potenciar la simplificación administrativa estatal, para erradicar las trabas y disminuir los costos para la formalización.A estas tareas se suman otras dos fundamentales: apostar por el desarrollo de la innovación (hoy nos ubicamos en el puesto 80 en el ránking de los países con mayores fortalezas tecnológicas) e invertir en capital humano y en la educación, claves para dar un vuelco profundo y positivo en los campos estatal y privado, para introducir el más elevado potencial de gestión que exigen las circunstancias de cara a los retos del mundo actual y del futuro.Finalmente, el TLC con EE.UU. debe iniciar la modernización de nuestra economía y ser la plataforma para lanzarnos a firmar otros acuerdos similares que garanticen el futuro de las exportaciones. Actualmente, hay cinco negociaciones en marcha que, de consolidarse, permitirán asegurar aproximadamente el 56% de las exportaciones peruanas. De allí la importancia de que el Perú logre negociar un TLC con Europa, acuerdo actualmente entrampado en la Comunidad Andina, que aseguraría la salida del 24% de las exportaciones. Después de todo, si algo ha demostrado el TLC con Estados Unidos es que no siempre los países que inician una negociación llegan juntos a la meta. No descartemos que ello le ocurra finalmente al Perú, en su camino a un TLC con Europa.