Lo primero que ensayó ayer el presidente Alan García cuando subió al podio de la CADE fue la respuesta a la pregunta central de la conferencia: ¿Qué nos falta para ser un país justo y próspero? "Prosperidad y justicia", fue su evidente respuesta. Y obviamente García no podía desaprovechar el auditorio para recalcar que dicha prosperidad solo será posible con crecimiento económico, el cual debe pasar por más inversión de calidad."Hemos apostado por eso sin caer en 'economicismos' ni 'derechismos'", expresó mostrándose partidario de que el crecimiento vaya de la mano con la generación de empleo y la redistribución de la riqueza, pues reconoció que la bonanza económica muchas veces amplía la brecha entre ricos y pobres. Es decir, el llamado era a compartir ganancias. Enfatizó que "lo que sobra hoy en el Perú es dinero y que solo falta invertirlo", inversión que también debe pasar por mejorar sueldos a los empleados y sin esperar decretos que lo dispongan. Y hasta se dio tiempo para dar algunos tips de inversión a los empresarios, como ir pensando qué llevar en los camiones cuando estos regresen a Brasil por la carretera Interoceánica.Perder el miedo y dejar de lado a los malos consejeros, papel que muchas veces recae "en ex izquierdistas", fue su consigna. "Necesitamos un compromiso más enérgico y activo del empresariado () no caigamos en el pesimismo fatalista de la queja, de la sospecha sobre lo que pasará mañana. Necesitamos ver lo positivo () yo quiero infundir fe y confianza en quienes manejan recursos, es mi obligación".