La huelga de estibadores, que tuvo en jaque al comercio exterior durante nueve días, se levantó ayer --al menos en teoría-- luego de que un grupo de operadores portuarios accediera sentarse a negociar futuros incrementos salariales, previa firma de un acta que tuvo como testigos a representantes del Gobierno. Inicialmente siete de 38 empresas firmaron el acta en la sede de la Presidencia del Consejo de Ministros. La ministra de Trabajo, Susana Pinilla, adelantó que otras empresas se habían comunicado para coordinar la firma del acta de inmediato, de tal manera que se normalizaran lo más pronto posible las actividades en el terminal del Callao. Sin embargo la jornada no tuvo un fin satisfactorio, pues por la noche, en el programa "Prensa Libre", un empresario portuario, que pidió mantenerse en el anonimato por motivos de seguridad, informó que siendo cerca de la medianoche las actividades en el puerto no habían podido reanudarse debido a que piquetes de trabajadores --en total unos 150-- ubicados en los alrededores amedrentaban e impedían el ingreso de otros estibadores mediante amenazas.