El enfrentamiento entre dos bandos de internos que se disputaban el control de los pabellones del penal de San Pedro, otrora Lurigancho, dejó cinco muertos y al menos 25 heridos. La reyerta, que se inició a las 9:30 a.m., pudo ser controlada recién en horas de la tarde por unos 500 policías que acudieron al centro penitenciario para debelar la revuelta.Los grupos rivales contaban con un sorprendente arsenal de armas, entre las que se encontraban miniametralladoras, pistolas, revólveres y hasta granadas. La forma en que ingresó este armamento al penal confirmó que las requisas no han servido de mucho, ya que la última, según recordó el propio jefe del Instituto Nacional Penitenciario, Wilfredo Pedraza, se había realizado el 31 de diciembre del año pasado.