El paso de tortuga congresal está a punto de mandar al traste la creación de Perú Compras, el organismo que debe centralizar las adquisiciones públicas y cuya falta ha hecho que no tengamos hasta hoy patrulleros y sí estructuras de corrupción estatal que hay que erradicar sin pérdida de tiempo.La iniciativa, remitida por el Ejecutivo el pasado 10 de octubre al Congreso, está encarpetada en las comisiones de Economía y Fiscalización. Debe recordarse que Perú Compras fue la respuesta del Gobierno para lograr un sistema que permita vigilar mejor los recursos del Estado y aumentar su efectividad en el gasto. Pero apenas el tema dejó el foco mediático, poco o nada avanzó el debate de la iniciativa del Ejecutivo. Lo más desesperante es que estamos hablando de un proyecto con apenas seis artículos y tres disposiciones complementarias, es decir, un texto sencillo aunque de suma urgencia.El problema es que falta menos de un mes para el fin de la legislatura y existe el riesgo de que el proyecto no vea la ansiada luz verde. El Estado realiza en promedio 175 procesos de adquisiciones mensuales y sus compras anuales son el 14% del PBI. Es decir, estamos ante un tema vital para la buena marcha de la economía.Si algunos congresistas pecan por desidia o porque tienen intereses subalternos, la Mesa Directiva debe instar a las comisiones responsables a que emitan cuanto antes el dictamen para que el proyecto llegue al pleno. Es cierto que Perú Compras no resolverá todas las taras y la extendida corruptela en el sector público, pero representará una instancia útil para controlar mejor el gasto estatal.Sería lamentable que se aprobara un nuevo presupuesto sin la llave de un nuevo y eficaz sistema de compras del Estado. De otro modo, de nada nos valdrá un crecimiento de 6% o 7%.