QUÉ COMPETITIVIDAD BUSCAMOS SIN INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
19 de noviembre de 2007

Puede que a la hora de ajustar presupuestos, ciertas empresas sacrifiquen momentáneamente las partidas correspondientes a la innovación y al desarrollo (I&D). Pero en un país como el nuestro, ni el Estado ni el sector privado deberían darse ese lujo, después de los vergonzosos índices de competitividad en que se ubica el Perú.Nada justifica que cuando la caja fiscal goza de una saludable bonanza económica, el Perú destine apenas el 0,1% del PBI a la investigación, volviendo relativamente pobre y nulo el acceso a la misma sin las articulaciones estructurales y funcionales entre los sectores productivos y las universidades. En efecto, las universidades tienen que ser canteras de la investigación y desarrollo científico. Así se evitaría que los profesionales peruanos sigan emigrando en busca de mejores horizontes. Por su parte, el sector privado también puede hacer mucho por innovar y por elevar los bajos niveles de competitividad. El Estado debería alentar y reconocer los esfuerzos de estas empresas socialmente responsables, para que su ejemplo se extienda.