El caos reinó ayer tanto en los transeúntes como en los manifestantes que se plegaron ayer a la jornada de protesta que convocó la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP). Los primeros debido a la enorme congestión vehicular que ocasionó el cierre de vías, y los otros porque hasta poco antes del mediodía permanecían en el principal punto de concentración, la Plaza Dos de Mayo, sin saber si les habían autorizado la realización de la marcha.A lo largo de la semana, miembros del Ejecutivo, entre ellos el propio presidente Alan García, descalificaron la medida de fuerza al considerar que tras ella existían motivaciones políticas. La desestabilizadora marcha que se vislumbraba propició, incluso, que el Apra convocara una contraprotesta "a favor de la democracia". Pero a las 10 a.m., hora fijada para el inicio de la protesta sindical, lo único que se remecía era el ánimo del dirigente de la CGTP, Mario Huamán, pues se vio obligado a realizar nuevas gestiones ante la Dirección de Gobierno Interior para obtener el permiso de movilización.