Mientras que el jefe del gabinete, Jorge del Castillo ya había colgado el cartel de fracaso a la huelga minera, el sindicato de trabajadores de este sector respondía al gobierno sumando más agremiados a una paralización que ayer -a diferencia de su primer día- tomó más cuerpo.Pese a que por la tarde, la ministra de Trabajo, Susana Pinilla, adelantó que la huelga pasará de ser improcedente a ilegal, con lo que se abre paso al despido de trabajadores, el sindicato de la empresa Quenuales aprobó su ingreso a la huelga.El subsecretario de la federación, Julio Ortiz, indicó que los sindicatos de Doe Run, Minsur y Volcan, mantenían reuniones en las que definirían su adhesión a la medida de fuerza.