La intención de fomentar una mayor inversión privada reduciendo impuestos a las empresas que reinviertan sus utilidades resulta, en principio, una iniciativa correcta y oportuna del Ejecutivo.Durante muchos años la falta de una diferenciación significativa de tasas produjo un sesgo en la legislación tributaria que fomentó la distribución de utilidades en lugar de impulsar su reinversión.En los últimos dos años el fuerte impulso de la inversión privada --con un aumento anual de 20%-- ha sido el motor principal para mantener el ciclo expansivo de la economía peruana que ya lleva 73 meses consecutivos de crecimiento. En este sentido, si queremos mantener la tasa de crecimiento hay que sostener esos niveles de inversión. Y, para que la fórmula funcione es necesario que tenga un carácter general, es decir, que cualquier empresa formal pueda acceder a él, y que no se limite a ciertos sectores. La experiencia enseña que cualquier grado de discrecionalidad del Estado para otorgar incentivos genera favoritismo y corrupción, además de ser discriminatorio. Asimismo, conviene que la introducción de la tasa para la reinversión sea gradual. Hay que tener presente que uno de los pilares de nuestra estabilidad económica es la solvencia en las cuentas públicas, y eso no se debe arriesgar.Una opción válida sería que la norma fijase un cronograma en la disminución del Impuesto a la Renta --se menciona que podría bajar de 30% a 20% a lo largo de tres años-- junto con un aumento equivalente a la distribución de utilidades. De esa manera, el incentivo hacia la reinversión sería cada vez mayor y se habría ganado la confianza del inversionista al tener la garantía de un programa multianual ya promulgado.Esta gradualidad permitiría que la Sunat ampliase su base tributaria y que los nuevos contribuyentes cubrieran los ingresos que podría dejar de percibir. Ahora bien, la piedra de toque para la viabilidad de la iniciativa es que la Sunat cuente con un sistema administrativo eficaz que le permita auditar y fiscalizar adecuadamente cualquier mecanismo que se adopte.