En Cajamarca, la población se ha dividido entre los que aceptan la presencia de las empresas mineras porque se traduce en florecimiento económico y los que las miran con recelo porque temen que puedan efectivamente ocasionar daño al medio ambiente, que es la campaña que fomentan desde hace un buen tiempo las ONG políticas bajo el ropaje de "ambientalistas".Esta prédica, sin duda ha calado hondo en una parte de la población de este bello, pero al mismo tiempo castigado departamento, ubicado a más de dos mil metros sobre el nivel del mar, en donde también existen malas experiencias anteriores de empresas mineras que han depredado la zona y destruido parte del hábitat lo que, sin duda, es aprovechado por las Ongs.Concretamente, la oenegé Confederación Nacional de Comunidades Campesinas Afectadas por la Minería (Conacami) es la que enarbola la bandera que le declara la guerra a las empresas mineras bajo el argumento (o mejor, pretexto) de la "defensa del medio ambiente".
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