En los últimos dos meses, seis grupos empresariales extranjeros asociados al negocio petroquímico han visitado Palacio de Gobierno para entrevistarse con el presidente Alan García y transmitirle el interés que tienen en invertir en una planta petroquímica. El resultado de estas reuniones ha sido similar: la mayoría ha anunciado inversiones que superan los US$1.000 millones para aprovechar el gas natural y transformarlo en fertilizantes o polietileno. Estas visitas no han ido más allá de ser meras reuniones protocolares, pues, pese al interés del propio presidente de promover las inversiones en el país, la decisión sobre cuál empresa va a hacer petroquímica en el país no está en las manos de García, sino en las del Consorcio Camisea, cuyo operador es la argentina Pluspetrol. Esta empresa solo ha puesto a disposición de la naciente industria petroquímica 1,5 trillones de pies cúbicos (TCF) de los 8,8 TCF que existen en Camisea. Norberto Benito, gerente general de la compañía, señala que este es el volumen que se puede ofrecer luego de asegurar el abastecimiento interno para los próximos veinte años y de asegurar el abastecimiento de gas natural para la exportación.En ese sentido, no hay suficiente gas para abastecer a todas las interesadas en petroquímica (que en un momento sumaron trece). Por ello, Pluspetrol ha convocado a un concurso para definir qué empresa ofrece el mejor precio para comprar el gas. Seis compañías se han presentado al concurso y el operador dará a conocer al ganador esta semana.