Desde el punto de vista macroeconómico tiene sentido la reducción de aranceles (impuestos por productos importados) dispuesta por el Gobierno, pues beneficia a los consumidores y obliga a la industria local a incrementar sus estándares de productividad.El tema, sin embargo, ha originado un interesante y necesario debate, tanto por el momento en que se da la medida, justo cuando se dio una brusca subida de los precios del pan y del pollo, cuanto por el número y calidad de las partidas incluidas en la medida.Así, mientras los industriales critican la reducción tan amplia, que a su entender podría desacelerar el crecimiento, lo cierto es que debe evaluarse las partidas incluidas a la luz de factores técnicos y de competencia interna y externa.Por ejemplo, como bien lo han señalado los especialistas y algunos ministros, como Rafael Rey, es preciso corregir la situación de "protección efectiva negativa", que ha creado al reducir solo el arancel a los productos finales pero no a los insumos involucrados, lo que perjudicaría a los productores nacionales. Es positivo, al respecto, que se haya anunciado reuniones de coordinación del titular de la Producción con el MEF para tratar este tema.Otro asunto polémico, que afectaría principalmente a la industria cementera nacional, es que la desgravación arancelaria general de ese producto podría dar lugar a la entrada de cemento de países (como México) donde su producción estaría subsidiada. Ello, obviamente, los pondría en fuerte desventaja y afectaría las inversiones planeadas para un sector productivo que actualmente cubre de modo satisfactorio la demanda nacional. El Gobierno, y a su turno el Indecopi, tienen que analizar objetivamente la situación para dilucidar esta situación problemática.En suma, hay aspectos que deben evaluarse, pero en general la reducción arancelaria es bien recibida por los consumidores y debe ser aprovechada también por los industriales para importar maquinaria y bienes de capital, con miras a la reconversión tecnológica, productiva y competitiva que exige el inminente TLC con Estados Unidos.