De los cinco mil barriles diarios que inicialmente destinaba la Refinería Iquitos a la producción de combustibles para el mercado de la Amazonía del Perú y del sur de Colombia, actualmente la necesidad de transformación es de seis mil barriles debido al incremento y modernización del parque automotor, principalmente en la capital loretana, donde se siente que hay mayor inversión del sector privado.Según el gerente de Operaciones Selva de Petróleos del Perú (Petro-Perú), Luis Torres Muro, dicha planta tiene capacidad para procesar 10.500 barriles diarios, por lo que la diferencia es transportada a la refinería de Talara, en Piura, a través del Oleoducto Norperuano.Sin embargo, la calidad del crudo procesado solo permite conseguir gasolina de 50 octanos, por lo que cada dos meses llega desde Talara un cargamento de cuarenta mil barriles de nafta craqueada para poder elevar a 84 y 90 octanos la gasolina comercializada en Iquitos, Yurimaguas, (Loreto), Tarapoto (San Martín), parte del mercado de Pucallpa (Ucayali) y el de Leticia (Colombia).Para atender el crecimiento del mercado del oriente peruano, que poco a poco va requiriendo de gasolina de 95 octanos, la empresa inició estudios a fin de instalar una planta de craqueo (proceso químico que permite elevar el octanaje) en dicha refinería, ubicada a orillas del río Amazonas, a veinte minutos de navegación desde Iquitos.(Edición domingo).