El Parlamento Andino no puede sumar a su imagen de ineficiencia la de ser un promotor de la impunidad. Su Comisión de Ética debe, por tanto, someter a proceso a Elsa Malpartida y, de ser el caso, tramitar su desafuero por graves irregularidades penales y administrativas.La prepotencia de Malpartida, a la que el humalismo llevó temerariamente al Parlamento Andino, se ha vuelto recurrente y tiene que ser contenida. No solo se ha permitido irrumpir violentamente en el hemiciclo para protestar contra el TLC y promover el desorden callejero, sino que alentó el robo de material y la agresión de representantes del proyecto especial Corah. Lo último ha sido la contratación como asesor de un personaje con un prontuario judicial escandaloso, Robinson Porras, hijo y cómplice del invasor de Santa Anita y también sentenciado por dicho delito. Las autoridades peruanas no pueden permitir tal nivel de impunidad. Y tampoco el Parlamento Andino, que debe investigar las irregularidades en sus planillas de asesores, el presunto mal uso de fondos y la conducta eventualmente delictiva de sus miembros, que traicionan su cargo y mancillan su imagen burdamente.