El ministro de Salud, Carlos Vallejos, tuvo ayer un día cargado de influencia femenina. Por la mañana, fue interrogado por las integrantes de la Comisión de la Mujer y Desarrollo del Congreso, con Karina Beteta (UPP) a la cabeza.Vallejos aprovechó la sesión legislativa para hacer una especie de catarsis. Se quejó de contar con el presupuesto de salud "más bajo del mundo" y de que nadie reconociera logros como que no se hubiera producido epidemias tras el terremoto de Ica, o del puente aéreo que permitió salvar miles de vidas. Recordó que tiene catorce meses de gestión, tiempo insuficiente para solucionar todos los problemas del sector, entre los cuales recalcó haber recibido "un banco de sangre en crisis". Esto último a propósito de los casos de infecciones de VIH por transfusiones sanguíneas.Más adelante recordó que continúa a la espera de veedores para intentar --nuevamente-- adquirir 206 ambulancias, pedido que, según contó, ha presentado sin éxito a distintas organizaciones. "Por supuesto que nadie quiere participar", se quejó. "Es que están esperando cualquier falta para que me pasen por la trituradora", remató.