Todo aquel que desea formalizarse sabe de antemano que el esfuerzo le demandará un gasto adicional, que en nuestro país no debería ser muy elevado. En la práctica, sin embargo, resulta intolerable que salir de la informalidad sea un proceso costoso y sobre todo difícil por los engorrosos trámites municipales que exigen algunas comunas.Las cifras lo dicen todo: conseguir una licencia de funcionamiento puede demandar 140 días, la presentación de siete a quince requisitos y una inversión que puede variar entre los 300 a 510 soles. Felizmente no todas las municipalidades han renunciado a la simplificación administrativa. Según la ONG Ciudadanos al Día, Jesús María, San Borja, Miraflores y La Perla han agilizado ostensiblemente los trámites.Esa es la buena noticia. La mala es que, según Indecopi, hay 49 concejos limeños cuyas barreras burocráticas desaniman a cualquier ciudadano emprendedor dispuesto a salir de la ilegalidad. Ahora. ¿quién le pone el cascabel al gato en lo que resta para hacer y fiscalizar?