Que Alejandro Toledo y Ollanta Humala sostengan una reunión puede despertar suspicacias, pero en realidad no tiene nada de malo. Sin embargo, que uno de los dos (en este caso Toledo) evite dar detalles de ese encuentro a la prensa abre interrogantes y propicia malentendidos. Ese poco estratégico silencio toledista dio pie ayer a múltiples interpretaciones e hipótesis sobre su cita con Humala: lecturas todas que se hicieron válidas ante la ausencia de una versión oficial sobre los puntos exactos que discutieron ambos líderes. Para el primer ministro Jorge del Castillo, la reunión entre el ex presidente y el fundador del Partido Nacionalista sirvió para que los dos --olvidando convenientemente las viejas pugnas que animaron en pasadas coyunturas-- impulsaran la interpelación y censura parlamentarias contra algunos ministros del Gabinete que él preside. "¿Tan rápido han olvidado los agravios que se cruzaron? ¿El fin justifica los medios para ellos? Ese encuentro ha sido entre alguien del sistema con alguien antisistema. ¿Qué cosa hubo allí? ¿Qué confabulación puede estarse planificando? Eso lo vamos a ver en los próximos días, pero es obvio que el humalismo está llevando de las narices al toledismo en este tema", aseveró el jefe del Gabinete.